En casa, leyendo "Dragón rojo" |
Leo más que nunca, decía, pero mi colección de libros en mi biblioteca quedó trunca... no hay libros nuevos, no hay lomos que buscar con la intención de abrir el libro en esa página, esa frase que nos vino a la mente como un rayo.
Extraño ver los libros en mi biblioteca...
y sigo lamentándome... ya dejaremos de conocer a una persona por la biblioteca que tiene en su casa... ya dejarán de decirme "Ahh tenés este libro!!! que tal es?"
Y así desde que me compré el e-reader... hasta... hasta la semana pasada en la Feria del libro... en la que caminé horas y horas... durante 4 días (3 días fue de recorrerla a puertas cerradas, en los espacio que nos dejaba la 45 Reunión Nacional de Bibliotecarios de ABGRA, y 1 día entero en la que los tiempos los manejé yo...)
Vuelvo a lo que decía... después de camiar horas y horas en la Feria, vi que hay libros que no pueden "meterse" en un ereader... libros que no pueden estar digitalizados porque pierden la magia... libros que merecen ser comprados en papel y vivir su vida en la estantería de una biblioteca para ser leídos, re leídos, mirados y admirados...
Por ejemplo? los libros infantiles, con ilustraciones maravillosas, troquelados únicos, brillos en sus ímagenes... libros para tocar...
Y así fue... que después de casi un año, volví a comprarme un libro impreso... lo compré feliz, sabiendo que únicamente al tenerlo en la biblioteca, físicamente, palpable, ahí, siempre disponible, ese libro (al menos para mí) siempre iba a estar vivo...
En casa, leyendo "El pequeño teatro de Rebecca" LORENA (Soltando una risita, porque los enamorados ¡se dan besos! ¡Estar enamorados es pra hacer bebés! |
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